No se te mueren hasta los cactus porque se te dan mal las plantas

Se te mueren porque no son una planta para principiantes.

Quizás sea inesperado verme hablar sobre botánica, y más concretamente en un blog como este, pero lo que quizás no sepáis es que, entre mis muchas aficiones, figura también el cultivo de plantas, concretamente plantas con un uso práctico como es producir alimentos o repeler plagas. Razón por la que nunca he prestado mucha atención a los cactus, al margen de las chumberas (que dan higos chumbos, y sus "hojas" son comestibles, siendo un buen alimento para tortugas de tierra, por ejemplo) y las frutas de dragón, que vienen de un cactus semitropical condenadamente largo. Estos son los dos únicos ejemplares de cactus que poseo, al margen de las suculentas; una familia de plantas similar a los cactus pero, generalmente, sin espinas, de las que ya hablaremos más adelante.

El caso, y la razón por la que estoy redactando este artículo, es por la famosa concepción errónea de que los cactus son plantas para principiantes. Todos hemos oído aquella frase de "se me dan fatal las plantas, se me mueren hasta los cactus". Sin embargo yo no considero este tipo de planta como la más apropiada para alguien que está empezando en esto, o que directamente no tiene ni idea pero por azares del destino se ve con una planta en las manos (véase, el típico regalo que te hacen sin pensar).

Las personas más ajenas al mundillo de las plantas parecen percibir a los cactus como éste token invencible que aguanta todo lo que le eches, y que necesita básicamente 0 cuidados. Y pese a que son plantas muy resistentes, adaptadas a temperaturas extremas y falta de humedad, y por tanto puedo entender un poco de donde viene este pensamiento, no son ni por asomo indestructibles. No se te mueren los cactus porque se te dan mal las plantas, a mí se me mueren los cactus y soy capaz de cultivar mangos en la estepa madrileña; se te mueren los cactus porque son plantas con unos cuidados muy específicos únicos entre el amplio mundo vegetal, y que quizás no sean los más apropiados para alguien que no entiende de plantas ni sus cuidados.

Los cactus suelen verse en interiores, concretamente alejados de ventanas o fuentes de luz natural, cuando son plantas que necesitan grandes dosis de insolación. Enfatizo en lo de insolación. Luz natural. Del sol. No una lámpara de salón o un televisor. De hecho los cactus están mejor fuera de casa, en una terraza o jardín, pero hay que tener cuidado puesto que muchas variedades no aguantan el frío ni las heladas.

También requieren un tipo de riego concreto que el resto de plantas, por lo general, no requiere: en verano, regar el sustrato cuando comprendas que la planta lo necesita, lo cual en una familia que no te dice cuándo tiene sed como es la que tenemos entre manos, puede ser un reto para el ojo inexperto. En invierno, rociar con un difusor (el típico frus frus) cada semana o así, ya que, evidentemente, en una planta diseñada para retener líquidos, un exceso de riego, por ínfimo que sea, puede pudrirla con una facilidad pasmosa. 

Y por último tenemos el sustrato. Por lo general, los cactus necesitan un sustrato muy drenante (por lo que he explicado en el punto anterior, comprenderás por qué el sustrato no debe retener humedad en exceso), y con cierto nivel de materia orgánica (el típico compost o sustrato universal, que básicamente es lo que comen las plantas). Por tanto, la mezcla ideal para un cactus podría ser, y esto lo estoy calculando a ojo, una parte de compost por cada dos o tres de arena de sílice. Sin embargo, este tipo de cactus los ves apresados en el típico sustrato compacto y altamente absorbente, ahogando sus raíces adaptadas a la sequía en una especie de lodazal cada vez que las riegas.

Todo esto me lleva a pensar que, quizás, la planta más adecuada para alguien que no tenga ni idea de plantas, sería algo con unos cuidados más genéricos. Partamos de la base de que cada planta, y no me refiero a cada familia, sino a cada espécimen, requiere unos cuidados y condiciones únicos para tener una salud óptima, al igual que otros seres vivos más complejos como los animales. Si no le darías un chuletón a un conejo o chocolate a un perro, no cultivarías una planta carnívora en un suelo rico en nutrientes o materia orgánica (necesitan suelos estériles y muy sueltos ya que los nutrientes los extraen de los insectos que devoran) o un kiwi en un suelo arcilloso (ya que necesitan suelos muy sueltos y aireados para que sus raíces no se pudran ni asfixien). En otras palabras, lo que para una planta funciona, mataría a otra. Un abeto puede crecer en la estepa siberiana, pero un bananero sometido a temperaturas por debajo de los 5º probablemente muera. Sin embargo, muchas plantas tienen unos cuidados muy similares, lo que podríamos llamar el estándar, y además resisten una gama muy amplia de sustratos y condiciones climáticas. Especies resistentes que aún así entran en nuestra concepción global de lo que es una planta y cómo funciona, y resultarían opciones infinitamente más compatibles con personas sin puñetera idea de plantas, como podrían ser:

Variedades de mentas/hierbabuena

En mi opinión, lo más fácil de cultivar que he tenido nunca. Plantas resistentes a heladas y temperaturas altas, que puedes mantener fuera o dentro de casa (partiendo de la base de que toda planta sin excepción necesita estar cerca de una fuente de luz natural, aka: el sol, aka: una ventana), con una serie de pros muy marcados como:

• No necesitas ser vidente para saber cuándo la planta necesita agua. Basta con regarla cada vez que veas la superficie del sustrato seca, y si por algún motivo tuvieras dudas, la propia planta te lo dice, ya que cuando tiene sed se arruga y se pone mustia sólo para volver a recuperar su esplendor una vez regada. Casi de forma instantánea.
• Son plantas con una inclinación natural a expandirse, por lo tanto son increíblemente fáciles de reproducir y mantener un backup en caso de que tu planta principal fallezca. Las mentas básicamente se expanden mediante una serie de tallos blandos que reptan por el suelo echando nuevas raíces, por lo que reproducir esta planta es tan simple como dejar un tiesto con tierra al lado del que tiene la planta, colocar uno de estos tallos sobre el tiesto vacío, enterrando una fracción del mismo para que eche raíz, y esperar. Una vez enraizado, cortar el tallo que lo une a la planta original, y voilà, dos plantas donde sólo tenías una.
• Crecen en prácticamente cualquier sustrato. No tienes que romperte la cabeza. ¿Quieres cultivar menta en tu jardín? Plántala y ya. Si tienes un tiesto con el típico sustrato universal que venden en los viveros, sin problema. ¿Suelo arcilloso? No le va a hacer mucha gracia pero tampoco le va a suponer un mayor problema. He visto crecer estos bichos hasta en el asfalto.
• Puedes hacer infusiones anticatarrales con las hojas. Porque, bueno, son literalmente plantas de menta.
• En invierno la planta desaparece por completo, secándose y aparentando haber muerto, pero no te preocupes, esto es normal, ya que toda la parte visible de la planta "se pierde" pero la raíz prevalece, hibernando hasta que vuelvan las buenas temperaturas, momento en el que volverás a verla resurgir de la tierra cual ave fénix.
  

El único contra que le veo es que temperaturas extremadamente altas como una ola de calor te las puede tostar como una loncha de bacon a la sartén, pero hidratándola bien y con un poco de suerte probablemente se recupere ya que son unas cabronas muy duras, con un factor regenerativo que ni Lobezno. 

Fresas

No estoy seguro de si forman parte de la familia de las mentas, pero comparten muchísimas de sus cualidades. Resisten un buen abanico de temperaturas y sustratos, son bastante duras, se expanden de forma natural, las puedes cultivar tanto en interior como exterior etc. Las dos grandes diferencias que he notado con respecto a la menta son:

• No soportan bien el sol directo en zonas donde éste pega fuerte y el ambiente es seco, como por ejemplo las zonas más secas y áridas de Españita, por lo que es más seguro cultivarlas en semisombra en este tipo de climas.
• Soportan algo peor las heladas, ya que a diferencia de las mentas, las fresas no se refugian bajo tierra ante el frío. Por lo que, aunque pueden soportar un rango razonable de heladas, a partir de ciertas temperaturas bajo 0, lo más probable es que se te vayan al peo. De hecho, someterlas a temperaturas inferiores a los 12ºC probablemente provoque que la planta, llegado el buen tiempo, no produzca frutos. Aunque todo depende de la variedad que estés cultivando. En cualquier caso, mantener la planta con vida es más simple que el mecanismo de un chupete, por lo que resulta muy clueless-friendly.

Suculentas

 

O el primo chill de los cactus. Las suculentas no sólo me parecen en general más bonitas que los cactus, e incluso más seguras por su ausencia de púas, sino que tienen unos cuidados similares a los cactus, pero sin ser ni por asomo tan exigentes como éstos. Y es que las suculentas tienen todos los puntos fuertes de los cactus como su facilidad de reproducción y tolerancia a las inclemencias, pero sin caer de lleno en las flaquezas de estos. Así pues, donde las características de cultivo de cactus son rígidas, en el caso de las suculentas son más bien sugerencias. En otras palabras, al menos en mi experiencia, son plantas infinitamente más resistentes que los cactus, y muchísimo más tolerantes a los errores de novato, por lo que las considero una alternativa muchísimo más apropiada para manos inexpertas, con el añadido de que siguen formando parte del mismo subgénero de plantas.

Estas son, básicamente, mis sugerencias para personas con experiencia 0 en botánica y que creen que todo lo que tocan, muere. Si tienes un poco más de experiencia en esta vaina, podríamos empezar a hablar de aromáticas, frutales, plantas hortícolas y demases. Pero el punto de este artículo es desmentir el mito de que la botánica es difícil, o que hay personas negadas para ello. Realmente, con una búsqueda rápida en google de los requisitos de la especie en concreto que tienes entre manos, se puede cultivar cualquier cosa, y aún sin tener ni puta idea, con el tipo de planta adecuado, hasta la persona más negada puede darle unos cuidados decentes. Lo que desde luego no voy a recomendar a alguien que no haya cultivado nunca una planta, es empezar con una tan específica en sus cuidados como un cactus. Por ello, no te desanimes si se te ha muerto el cactus que te regaló tu cuñado y tenías un poco de aquella manera por la casa. No eres una manifestación física de la muerte, tan sólo deberías haber empezado por un ejemplar más fácil de mantener. Y en caso de que no puedas evitar recibir un cactus como regalo inesperado, recuerda estos tres factores clave:

• Trasplántalo tan pronto como lo recibas a un tiesto más grande, tampoco debe ser inmenso, pero sácalo de esa miniatura antes de que las raíces no tengan espacio. Y sobre todo, elimina el sustrato cutre que trae, y cámbialo por una mezcla de arena de sílice y sustrato universal (si quieres usar sustrato de cactus allá tú, pero es más caro y el universal vale), en proporción 2 de sílice/1 de universal (esta medida se aplica a cualquier recipiente con el que decidas mezclarlo, desde tus manos a una taza). Básicamente, por cada dos puñados de arena, uno de sustrato. Esto es lo que a mí me ha funcionado con las chumberas y las pithayas después de años de verlos pudrirse hasta morir en otros sustratos.
• Colócalo en una zona con luz natural. Si tienes jardín y las temperaturas no son muy bajas en invierno (especialmente si no hiela), todo el año al sol va que chuta. Si hace mucho frío puedes meter el tiesto dentro de casa durante los meses más fríos y sacarlo cuando vuelva el buen tiempo. Y si por cojones tienes que tenerlo dentro de casa, véase: vives en un piso, asegúrate de colocarlo al lado de una ventana. La cuestión es que debe recibir un mínimo de 5 horas de luz solar directa.
• En los meses de más calor, riégalo a los 3 o 4 días desde que el sustrato esté seco en la superficie. También procura rociarle agua con un difusor de vez en cuando, no muy seguido para no provocar podredumbre en su superficie. Irónicamente esta es la parte más complicada del cuidado de los cactus pese a venderse como una de sus ventajas, ya que un exceso de riego lo pudrirá, mientras que una falta prolongada del mismo lo matará de deshidratación. Eliminar los excesos de agua que se acumulan bajo el plato (si lo tuvieras en uno para evitar encharcamientos por la casa) también puede ser recomendable, especialmente en casos de sobrehidratación. De todas formas puedes apreciar cuándo el cactus tiene un exceso de riego porque empezará a volverse amarillento, en cuyo caso deberás reducir los riegos, que no detenerlos, hasta que recupere su viejo aspecto. 

Pero en definitiva, el mejor consejo que te puedo dar si has recibido una planta y no tienes ni pajolera idea de qué hacer con ella, es identificar su especie y buscar en google "[nombre de la especie recibida] cuidados", por ejemplo, "chumbera cuidados". Esto te va a dar una serie de consejos relativos a esa variedad en concreto, mucho más útiles que algo genérico como "cómo cuidar un cactus". En la etiqueta que viene pegada al tiesto suele poner el nombre común y científico de la planta. En caso de no disponer del nombre, intenta aplicarle los cuidados genéricos aplicables a cualquier otra planta (luz solar directa, proteger de temperaturas extremas, regar cuando la superficie del sustrato esté seca hasta que comiences a ver que el agua sale por los agujeros inferiores del tiesto, aplicar abono cada dos años o así, trasplantar a un tiesto más grande si notas que el que tiene se le queda pequeño etc) y que sea lo que dios quiera.

Y hasta aquí mi tedtalk/tutorial para dummies sobre planticas. Si os interesa el tema hay infinidad de canales en youtube que hablan de estas cosas y tienen bastante más idea que yo. Hale, agur chavalials, y recordad usar la cabeza antes de rendiros.

 Mr. Angelu